VIVA LA VERDAD CATÓLICA

Es importante darse cuenta de que la Iglesia Católica y solo algunas otras Iglesias cristianas con la Iglesia Católica, es una de las pocas instituciones que defiende la vida el 100% del tiempo. Nuestra cultura ha abaratado la vida, por lo que debemos luchar contra eso con valentía y fuerza como lo hizo Jesús en su época. Como católicos, hemos perdido de vista la enorme responsabilidad de ser pro-vida porque muchos de los asuntos de la vida están ocultos para nosotros. No podemos darnos el lujo de estar callados sobre estos asuntos solo porque no son visibles para nosotros: debemos estar listos para tomar una posición.
 

Jesús es nuestro ejemplo en este sentido. Recuerde cómo Jesús siempre defendió la vida cuando caminó sobre la tierra. Estuvo en contra de la pena de muerte (ver a la mujer sorprendida en adulterio), vivió por los pobres, sanó a los enfermos, perdonó al otro ladrón cuando estaba en la cruz, perdonó a los que lo asesinaron, apoyó a las mujeres (que fue un movimiento contracultural de Su parte), e incluso dijo que Él era 'La Vida'. ¿Qué más puede hacer Jesús para mostrarnos la importancia de la vida? Defender la vida y respetar la calidad de vida era el núcleo mismo de la identidad y el mensaje de Jesús. Debido a que somos Sus seguidores, debe estar en el centro de nuestra identidad.
 

¿Qué problemas de la vida están en juego hoy (y en los años venideros)?
 

Asesinato: si bien esto parece una obviedad, queremos dejar muy claro que nunca es apropiado quitarle la vida a un inocente. Toda vida es sagrada, es un don de Dios: Él es el Creador, nosotros las criaturas. Por lo tanto, no tenemos derecho a quitarle la vida directa e intencionalmente.
 

Aborto: Cada vida por nacer es sagrada y se le debe dar la oportunidad de vivir. Nadie, por ningún motivo, tiene derecho a privar directamente al niño de esta vida. Esta es la enseñanza de la Iglesia en pocas palabras. Debemos recordar que ser provida significa que no solo queremos que el niño por nacer viva, sino que también queremos que la madre viva sin la culpa de quitarle la vida a su hijo. Ser pro-vida también significa que ayudamos a curar a las madres y los padres que han sufrido un aborto. Una respuesta a favor de la vida significa que oramos y ayunamos por el fin del aborto, y que nunca ayudamos a nadie a abortar, ni siquiera decimos que está bien tener uno (Jeremías 1:5; Job 10:8). -12; Salmo 22:10-11).
 

Eutanasia: La eutanasia es la terminación de una vida humana que está enferma, discapacitada, muriendo o, en general, incapaz de vivir a plena capacidad física. La Iglesia dice muy claramente que este 'poner fuera de servicio' es un asesinato porque está tratando directamente de terminar con el sufrimiento de uno a través de la muerte. La muerte se utiliza como medio para resolver el problema del sufrimiento. En el caso de que se requieran procedimientos médicos onerosos para mantener a alguien con vida, uno puede eliminarlos, incluso si el resultado secundario es que el paciente muere. Aquí no se desea la muerte del paciente.
 

Pena Capital: La Iglesia dice que dados los medios de encarcelamiento de hoy, no hay una justificación adecuada para quitarle la vida a un criminal. Incluso quitarle la vida a otra persona a sangre fría, si bien en sí mismo es un pecado muy grave, no permite que el estado le quite la vida al asesino. Incluso después de haber pecado gravemente, el asesino no ha perdido su dignidad básica como ser humano, ni ha perdido el derecho a vivir.
 

Suicidio: En ningún momento se le permite a ningún individuo quitarse la vida, porque toda vida, especialmente la nuestra, es un regalo precioso de Dios. El suicidio ocurre por varias razones, la mayoría de ellas por problemas psicológicos, y Dios toma en cuenta todos estos problemas cuando juzga a la persona. Él es un Dios amoroso que tiene misericordia de todos nosotros: Él quiere llevarnos al cielo y hará cualquier cosa para que eso suceda sin imponernos Su voluntad.
 

Otros problemas: Hay muchos otros problemas que enfrenta nuestra sociedad que no son directamente problemas de vida o muerte, sino que tocan la calidad de vida y el respeto por el individuo. Esto incluye problemas de salud, investigación científica, problemas de pobreza, problemas de reproducción (especialmente clonación), problemas de empleo, problemas de guerra/paz, etc. Como católicos, debemos estar con Jesús y comprometernos a defender la vida.
 

No juzgamos el estado eterno de alguien que comete estos pecados. Eso lo hará solo Dios. Estas han sido siempre las enseñanzas de la Iglesia sobre la vida. No cambiarán, ni están abiertos a votación: provienen de Cristo mismo, y parte de nuestra sumisión a Cristo significa seguir estas enseñanzas por completo.